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domingo, agosto 13, 2006

Pirineos: origen de un nombre

Al parecer el nombre de la cordillera de los Pirineos es de origen griego y proviene de la ciudad de Pirene, citada por Avieno en la Ora Marítima utilizando fuentes púnicas del s. VII a.C. La sitúa cerca de Cabo de Creus, relatando que desde ella una nave ligera tardaba siete días en llegar al Estrecho de Gibraltar. Su raiz pyr- o pur- (fuego) puede estar en el origen de una leyenda recogida por Posidonio y transmitida por Diodoro que dice así:
“…Al tratar de las hazañas de Heraklés en uno de los libros precedentes, hemos hablado de los montes de Iberia, llamados Pyrenaia. Estos, tanto por su altura como por su longitud, superan en mucho a todos los demás. Extiéndense sin interrupción, aproximadamente desde el Mar que está al Mediodía hasta el Océano que está al Septentrión, sirviendo de límite entre la Galatia, por una parte, y la Iberia y Keltiberia, por otra. Extiéndese en una longitud de unos tres mil estadios. Tiene muchos bosques y espesas selvas. Y dícese a este propósito que en tiempos pasados unos pastores encendieron fuego y toda la zona montañosa ardió por entero. Como el fuego duró sin interrupción muchos días, se calcinó el suelo (este hecho es la razón de que tales montañas sean famosas con el nombre de Pyrenata), lo que dio lugar a que en la región afectada por el incendio brotase a la superficie el mineral argénteo fundido, el cual corrió formando numerosas corrientes de plata pura…”
Distintas leyendas explican el origen de este nombre. El poeta Silio Itálico recoge una, probablemente de origen indígena, según la cual una princesa, hija del rey de los beribraces, de nombre Pirene, que fue abandonada por Heraklés, se refugió en los montes y fue devorada por animales salvajes. Poco después, el héroe dorio halló sus huesos, dando el nombre de su amada a esos montes.
Otra versión cuenta como Heraklés después de su triunfo sobre Gerión bordeó la costa hasta llegar a lo que hoy conocemos como los montes Pirineos, que entonces aún no existían. Aceptó la hospitalidad de un señor de aquellas tierras, llamado Bébrix de cuya hija se enamoró y a la que abandonó después para seguir su camino; de su relación nació una serpiente gigantesca que Pirene convirtió en piedra antes de suicidarse, esa serpiente fue la cordillera que hoy llamamos Pirineos. Una nueva variante relata como tras la marcha del héroe ella se suicidó quemándose viva surgiendo una columna de humo que llegó al cielo; al verla Heraklés regresó y arrojó sobre el cuerpo sin vida de Pirene unas rocas enormes para construir un mausoleo que nunca pudiera ser olvidado, elevándose así una cordillera de montañas inaccesibles a las que llamó Pirineos.
Leyendas, mitos, tradición, abundantes restos arqueológicos, paisajes inolvidables, deporte, arte.... , siempre merece la pena volver. En serio.
Fotografía: Valle de Nuria

3 Comments:

Blogger Artic said...

No te acostarás sin saber una cosa más.

Saludos ;)

6:37 p. m.  
Blogger macla said...

Eso me pasa a mi cada día. Pero sigo sabiendo muy poco.
Gracias Hugo Denis

9:32 p. m.  
Blogger macla said...

Ots: La zona si es entretenida, relajante y agotadora (las caminatas son antológicas).

10:51 a. m.  

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