Educación: televisión, internet....
Los niños españoles de entre 4 y 12 años pasaron en 2005 un promedio de 2,8 horas diarias delante de la pantalla de televisión, aumentando el número de horas en los periodos vacacionales; de hecho, el tiempo anual dedicado a la programación televisiva rebasa incluso, en muchos casos, el de permanencia en la escuela. Los preadolescentes, según la OETI, pasan frente al televisor un promedio diario de 164 minutos en época escolar. Si sumamos el tiempo dedicado a las videoconsolas y al ordenador muchos contabilizan unas 30 horas semanales delante de una pantalla. Sin duda ésto guarda, también, relación con el hecho de pasar mucho de su tiempo de ocio en casa (apenas salen a jugar o a pasear a la calle) y con las horas a las que ven la televisión, casi 700.000 lo hacen más allá de las 10 de la noche.
Televisiones, videoconsolas y ordenadores suelen ejercer de canguros gratuitos. Muchos menores cuentan con este equipamiento en su habitación utilizándolos solos o en compañía de sus amigos, pero no acompañados de adultos, por lo que pueden acceder a todo tipo de contenidos. Esto puede explicar el porqué los espacios que más ven y mejor valoran no suelen ser propiamente infantiles.
Pero la cuestión no debe centrarse sólo en cuánto tiempo dedican a estas actividades y en la causa por la que no disfrutan de otro tipo de ocio. El debate debe estar en si los contenidos que se les transmiten son los más adecuados para su desarrollo. Debemos enseñar unos valores comunes que estén presentes en todos los ámbitos, y carece de sentido hacer de ellos exclusivamente objeto de una enseñanza teórica y formal. Hay que procurar que los menores tengan conciencia de lo que “está bien” o “está mal”, y para ello hay que empezar por despertar su espíritu crítico para que reconozcan esa distinción. "La simple exposición a una realidad donde hay de todo y donde, incluso, todo vale, no forma el criterio ni da capacidad de juicio. Algo hay que enseñar explícitamente, si queremos educar…. Educan más los hechos que las palabras o las teorías, y hoy la realidad la constituyen tanto la experiencia vivida como lo que vemos en televisión”: V. Camps.
La responsabilidad educativa concierne a todos, también a los medios.
Petrelli, Tino: Los niños van a la escuela por vía aérea
Televisiones, videoconsolas y ordenadores suelen ejercer de canguros gratuitos. Muchos menores cuentan con este equipamiento en su habitación utilizándolos solos o en compañía de sus amigos, pero no acompañados de adultos, por lo que pueden acceder a todo tipo de contenidos. Esto puede explicar el porqué los espacios que más ven y mejor valoran no suelen ser propiamente infantiles.
Pero la cuestión no debe centrarse sólo en cuánto tiempo dedican a estas actividades y en la causa por la que no disfrutan de otro tipo de ocio. El debate debe estar en si los contenidos que se les transmiten son los más adecuados para su desarrollo. Debemos enseñar unos valores comunes que estén presentes en todos los ámbitos, y carece de sentido hacer de ellos exclusivamente objeto de una enseñanza teórica y formal. Hay que procurar que los menores tengan conciencia de lo que “está bien” o “está mal”, y para ello hay que empezar por despertar su espíritu crítico para que reconozcan esa distinción. "La simple exposición a una realidad donde hay de todo y donde, incluso, todo vale, no forma el criterio ni da capacidad de juicio. Algo hay que enseñar explícitamente, si queremos educar…. Educan más los hechos que las palabras o las teorías, y hoy la realidad la constituyen tanto la experiencia vivida como lo que vemos en televisión”: V. Camps.
La responsabilidad educativa concierne a todos, también a los medios.
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