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domingo, julio 30, 2006

Maestros

El libro "Pedagogía General" editado en Madrid en 1943 recoge, entre otras cuestiones, las condiciones y cualidades que debía tener un buen maestro, de las que transcribo un extracto a continuación.
Éstas debían ser -como punto de partida- la vocación: “tanto más indispensable al maestro cuanto que su existencia le ofrece dificultades y molestias mayores que en otras carreras”; cualidades físicas a saber: “constitución vigorosa y una salud robusta” y también “vista perspicaz, oído fino, clara y sonora voz”; cualidades intelectuales: “inteligencia clara, imaginación viva y memoria tenaz”; cualidades morales, entre las cuales cita como más importantes: “la abnegación, la prudencia, la energía, la dulzura, la paciencia. Además, su vida, tanto pública como privada ha de ser modelo de moralidad” y añade a modo de conclusión: “….los hombres que se elijan para maestros de las escuelas primarias han de ser física y mentalmente los tipos más perfectos de la sociedad, libres en lo posible de defectos corporales y exentos también de rarezas de carácter y máculas de lenguaje y conducta”.
Sin entrar a hacer valoraciones, por evidentes, y enmarcado en el contexto social y político de la época, esta obra era uno de los libros de texto que se estudiaban en las Escuelas Normales de Magisterio en las que, por cierto, también había maestras.
Múñoz, Ramón: La escuela

2 Comments:

Blogger macla said...

Ni tanto, mira que lo de "tipos física y mentalmente perfectos" es casi de antología.

5:23 p. m.  
Blogger macla said...

Bueno, todavía queda quien reivindica estas cosas.
Por suerte, pocos

12:55 p. m.  

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