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domingo, noviembre 05, 2006

La memoria y la escuela

Museos, exposiciones itinerantes, conferencias, etc, recuerdan estos últimos meses la “escuela del pasado” -en concreto la de los años 30 y 40 del siglo XX-, y nos muestran los objetos usados en las aulas de aquel tiempo: tinteros, cabás de cartón y madera, pizarras, mapas de hule, libros escolares, cuadernos….
Los textos de pedagogía que estudiaban los maestros de la época recogen los experimentos realizados para saber más sobre del desarrollo de la memoria en los menores en edad escolar. Como mera curiosidad transcribo las conclusiones que se extraían de alguno de ellos:
"1. El desarrollo de la memoria suele ofrecer algunos periodos de alternativa. Sobrien ha observado el mayor crecimiento de diez a doce años y una depresión de catorce a quince.
2. La memoria de objetos y sonidos precede a la de cifras y palabras.
3. La memoria de afectos es sumamente débil en los niños; así pasan fácilmente de la tristeza a la alegría, de la satisfacción al enojo.
4. Hay notable diferencia en el desarrollo de la memoria en uno y otro sexo. Los niños llevan ventaja al principio; pasados los diez años, las niñas toman la delantera; más después de los quince los niños vuelven a adelantarse."
Aunque los mismos textos ya indicaban que no se debía aprender de memoria lo que no se entiende, la realidad parece ser que lo que se hacía, era -a decir de nuestros mayores-, repetir y repetir las lecciones a coro y al pie de la letra. Ya escribía Antonio Machado:
Con timbre sonoro y hueco
truena el maestro, un anciano
mal vestido, enjuto y seco,
que lleva un libro en la mano.
Y todo un coro infantil
va cantando la lección:
mil veces ciento, cien mil,
mil veces mil, un millón.
Fotograma de la película "Los chicos del coro"

1 Comments:

Blogger macla said...

El método de repetir y repetir puede que no fuera muy ortodoxo pero varias generaciones aprendieron así. Algo e efectividad tenía.
Un saludo.

6:33 p. m.  

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