Exámenes...¿de septiembre?

Estamos en plenos exámenes de septiembre. Ansiedad, estrés, nerviosismo generalizado y también en algunos casos “pasotismo”, son algunos de los ¿síntomas? que presentan muchos estudiantes que se encuentran en esta tesitura. Dicen los expertos que los meses veraniegos incrementan la sensación de ansiedad y la falta de concentración atribuible, entre otros factores, al calor, a la modificación de los hábitos alimentarios, al ruido, a disponer de lugares poco apropiados para el estudio si están disfrutando de vacaciones,… y como no, a los problemas personales. Esto puede repercutir también en los tiempos de descanso llegando a presentar, muchos de ellos, dificultades para dormir con lo que entran así en un ovillo difícil de desenredar, cual “pescadilla que se muerde la cola”. Declaraba Robin A. Dyleski, director de la Unidad de Otorrinolaringología del Hospital del Ojo y del Oído de Nueva York -, que los estudiantes que como consecuencia de problemas respiratorios tienen problemas de sueño obtienen peores notas debido, entre otras razones, a que la falta de descanso hace que durante el día disminuya la atención. Esa falta de atención diurna derivada de dificultades para conciliar el sueño, es una variable disruptora a la hora de obtener mejores calificaciones, independientemente de la causa que la provoque (problemas respiratorios o de otro tipo).

Por si fuera poco investigadores del prestigioso Instituto Karolinska han presentado las conclusiones de un estudio realizado con estudiantes durante el curso académico -en periodo normal de clases y en las semanas previas a los exámenes finales-, en las que indican que los nervios, el estrés, afectan al sistema inmune, especialmente al de los alérgicos.

Y ahora, con todo esto y lo que esté por llegar…¿qué hacemos con los exámenes?.

Fotografía: exámenes en un centro escolar