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martes, mayo 15, 2007

Melón de oro

Desconocemos de donde procede, algunos afirman que de Asia, otros que del continente africano pero, sea como sea, ya aparece representado en las tumbas egipcias de más de 2000 años a.C. Mercaderes egipcios lo llevaron hasta Grecia e Italia. Se le describió como una de las obras maestras de Apolo y se glosaron sus virtudes considerándola “una fruta tan beneficiosa como el sol”. A España llegó de la mano de los árabes uno de cuyos dichos decía “el que sacie su estómago con melones se llenará de luz”. En el continente americano fue introducido por Colón.
Es rico en vitaminas A, C, magnesio, potasio y ácido fólico. Previene la gota y la artritis, mejora el estreñimiento gracias a su aporte de fibras, nivela el colesterol alto y alivia la acidez estomacal. La infusión de sus pepitas ha sido tradicionalmente usada como un remedio natural contra problemas de riñón y vejiga y las pepitas secas poseen un alto contenido en flavonoides, muy relacionados con la acción antioxidante, la permeabilidad capilar y la hemostasis.
Pero aún reconociendo todas sus beneficiosas propiedades resulta difícil “digerir” que en una subasta en el mercado de Sapporo dos melones de la ciudad de Yubari hayan alcanzado el “módico” precio de 14.227 euros. A ver como explicamos esto a nuestros alumnos.
Bartolomé Esteban Murillo: Dos niños comiendo melón y uvas