Deseos

Ese día los romanos intercambiaban miel con dátiles e higos para eliminar el sabor de las cosas negativas del año que terminaba y para que el año que empezaba fuese dulce. A lo largo de la historia han seguido celebrándose en todo el mundo distintos rituales mientras formulamos nuestros deseos con la esperanza de que se cumplan en el año que comienza. Yo también pediré esta noche los míos:
Deseo que con el año que termina se vaya el tedio, la ira, la tristeza, la perturbación, la insatisfacción, la soberbia, el sarcasmo, la arrogancia, la ignorancia, la hipocresía, el anacronismo, el conformismo, el inmovilismo, la crueldad, la violencia, el miedo, el odio, el fracaso, el menosprecio, las humillaciones, el dolor, el extravío, la amargura, el tormento, la desesperación, el engaño, las miserias, el desgarro, la desolación, el desasosiego, la angustia, las sombras, …
Deseo que el año que entra venga acompañado de la motivación, el entusiasmo, el conocimiento, la imaginación, la lucidez, la vitalidad, la coherencia, la valentía, la libertad, el sosiego, la serenidad, la transparencia, la lealtad, el respeto, la confianza, la amistad, la esperanza, el anhelo, la emoción, el amor, la pasión, la caricia, el estremecimiento, la delicadeza, la ternura, la alegría, el fulgor, el humor, la felicidad, la magia, la fuerza,…
Se lo deseo a todas las personas que así lo quieran, pero mucho me temo que el año que viene tendré que volver a pedirlo.
“Que los hados os sean propicios” todos los días de vuestra vida.
Nolde, Emil: Gelbe und blaue Amarillys
1 Comments:
Ya se que es casi una utopía, pero hay que mantener viva la esperanza
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