La L.O.E.
Desde que el Duque de Rivas, mediante Real Decreto estableció en 1836 la organización de la educación en tres etapas, se inició una polémica,- que permanece hasta nuestros días-, sobre el carácter que debía tener la educación secundaria en general y el bachillerato en particular. Ya en 1901 el diputado liberal Eduardo Vicenti decía: “Todo el mundo sabe lo que debe ser la enseñanza primaria o la superior. Lo que se ignora es la naturaleza de la enseñanza secundaria. Unos dicen que es preparación para la vida; otros que es la cultura general; otros que es la continuación de la escuela primaria; y otros que es la antecámara de la Universidad”.
Parece que las sucesivas leyes educativas de nuestra reciente historia no han sabido abordar con eficacia la cuestión. Los resultados de las evaluaciones indican que en España, es en la ESO donde se pone de manifiesto la deficiente calidad de la enseñanza, etapa en la que un 28% de los alumnos no obtiene el graduado en educación secundaria obligatoria, es decir no alcanzan el nivel mínimo requerido en la educación básica. El sistema educativo tampoco responde a los niveles deseados en la enseñanza postobligatoria (Bachillerato y F.P. de Grado Medio y Superior) con un nivel de abandono considerable. Cierto es que la percepción de fracaso en la educación secundaria es general en la mayoría de los países europeos, pero eso no debe ser “ningún consuelo”. Por ello adoptar medidas para mejorar esta etapa debería se uno de los objetivos de las reformas educativas, asunto que a la vista de los resultados, todas han pasado por alto.
La LOE recoge que la etapa de Educación Secundaria Obligatoria sigue constando de cuatro cursos, mantiene en ella los Programas de Diversificación Curricular e introduce los Programas de Cualificación Profesional Inicial destinados al alumnado mayor de dieciséis años,-excepcionalmente a los quince-, que no hayan obtenido el título correspondiente. Estos programas incluyen tres tipos de módulos; cursando y superando también los de carácter voluntario los alumnos podrán obtener el título de Graduado en Educación Secundaria Obligatoria.
No parece que esto por si sólo (unido a la discutible distribución de las materias que se cursan en estos años) sea suficiente para atajar la crisis de la Educación Secundaria Obligatoria; tendremos que estar a la expectativa de otras medidas que puedan contribuir a mejorar la situación. Holanda, a partir de agosto de 2007, pretende afrontar el fracaso escolar en esta etapa obligando a aquellos alumnos que a los 16 años no hayan logrado el diploma correspondiente a seguir estudiando o a hacer prácticas en empresas hasta los 18. ¿?
Todos los países europeos parecen estar buscando “la piedra filosofal”. ¿No será quizás que ninguno aborda el problema a partir de un análisis riguroso de la realidad económica y social y nos contentamos con ir poniendo parches aquí y allá?
Hoy publica el B.O.E. la Ley Orgánica de Educación. Ya veremos.
Parece que las sucesivas leyes educativas de nuestra reciente historia no han sabido abordar con eficacia la cuestión. Los resultados de las evaluaciones indican que en España, es en la ESO donde se pone de manifiesto la deficiente calidad de la enseñanza, etapa en la que un 28% de los alumnos no obtiene el graduado en educación secundaria obligatoria, es decir no alcanzan el nivel mínimo requerido en la educación básica. El sistema educativo tampoco responde a los niveles deseados en la enseñanza postobligatoria (Bachillerato y F.P. de Grado Medio y Superior) con un nivel de abandono considerable. Cierto es que la percepción de fracaso en la educación secundaria es general en la mayoría de los países europeos, pero eso no debe ser “ningún consuelo”. Por ello adoptar medidas para mejorar esta etapa debería se uno de los objetivos de las reformas educativas, asunto que a la vista de los resultados, todas han pasado por alto.
La LOE recoge que la etapa de Educación Secundaria Obligatoria sigue constando de cuatro cursos, mantiene en ella los Programas de Diversificación Curricular e introduce los Programas de Cualificación Profesional Inicial destinados al alumnado mayor de dieciséis años,-excepcionalmente a los quince-, que no hayan obtenido el título correspondiente. Estos programas incluyen tres tipos de módulos; cursando y superando también los de carácter voluntario los alumnos podrán obtener el título de Graduado en Educación Secundaria Obligatoria.
No parece que esto por si sólo (unido a la discutible distribución de las materias que se cursan en estos años) sea suficiente para atajar la crisis de la Educación Secundaria Obligatoria; tendremos que estar a la expectativa de otras medidas que puedan contribuir a mejorar la situación. Holanda, a partir de agosto de 2007, pretende afrontar el fracaso escolar en esta etapa obligando a aquellos alumnos que a los 16 años no hayan logrado el diploma correspondiente a seguir estudiando o a hacer prácticas en empresas hasta los 18. ¿?
Todos los países europeos parecen estar buscando “la piedra filosofal”. ¿No será quizás que ninguno aborda el problema a partir de un análisis riguroso de la realidad económica y social y nos contentamos con ir poniendo parches aquí y allá?
Hoy publica el B.O.E. la Ley Orgánica de Educación. Ya veremos.
Fotografía: Robert Doisneau
1 Comments:
parece que se demora un curso la entrada en vigor de la LOE. Más tiempo no creo que implique más sensatez, pero allá iremos que lo veremos.
NO OLVIDÉ "la revolución de los claveles". Tiempo habrá para hablar de esa y otras revoluciones.
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