La primera mujer
A finales del siglo VIII a.C. el poeta griego Hesíodo escribió un relato de la creación. Según se recoge en sus textos, el hombre es creado primero y vive feliz hasta que, en castigo porque Prometeo roba el fuego, Zeus –con la colaboración de todos los dioses- crea a la primera mujer, Pandora. Ella es hermosa y la “trampa, profunda y sin salida, destinada a los humanos. Pues de ella surgió la raza, la casta maldita de las mujeres, terrible flagelo instalado en medio de los hombres mortales”.Teogonía, vv. 590-593.
En un segundo poema, Los trabajos y los días (vv.55 ss), dice: “Hijo de Jápeto, conocedor de los designios sobre todas las cosas, te alegras de haberme robado el fuego y de haber conseguido engañar mi inteligencia !enorme desgracia para ti mismo y para los hombres futuros! A cambio del fuego, les daré un mal con el que todos se recreen al acariciar con cariño su propia desgracia”.
“Así habló. Rompió a carcajadas el padre de hombres y dioses y ordenó al ilustre Hefesto mezclar inmediatamente tierra con agua, infundirle voz y vida humana y hacer una linda y encantadora figura de doncella, semejante en su rostro a las diosas inmortales. Luego, encargó a Atenea que le enseñara sus labores: a tejer la tela de finos encajes. A Afrodita le mandó verter en torno a su cabeza sus dorados encantos: una irresistible sensualidad y los halagos cautivadores. En fin, a Hermes, el mensajero Argifonte, le encargó que la dotara de una mente cínica y un carácter voluble”…. Pandora, “esa ruina de la humanidad”, se convierte en una “trampa inevitable, mortal para los hombres” ya que de ella procederá “la raza maldita de las mujeres”. Ella abre su “caja” y deja escapar “dolores y males” entre los hombres: “Pues bien, ocurrió que hace tiempo los grupos humanos vivían sobre la tierra libres de males y exentos de duro trabajo y las enfermedades amargas, que acarrean la muerte a los hombres,…. Pero aquella mujer, al levantar con sus manos la tapa de una caja, los dejó diseminarse y procuró a la humanidad calamidades terribles. Sólo allí quedó la esperanza, aprisionada entre infrangibles muros, bajo los bordes de la caja, sin poder volar hacia la puerta. Pues antes, por voluntad de Zeus, portador de la Égida y amontonador de nubes, cayó la tapa de la caja”.
En el Génesis aparece un relato similar sobre la creación de la mujer. Pandora, como Eva, es la primera mujer sobre la tierra; ambas están hechas de barro y a ellas se les atribuye el origen de los males,-tanto los del cuerpo como los del alma-, que nos asolan. Su cuerpo fue moldeado con arcilla, como un objeto de cerámica hermoso pero vacío. Pandora representa en la cosmología arcaica griega una historia conocida en otras tradiciones míticas: la mujer fue creada por la divinidad como un ser humano de segunda clase y su existencia es posterior a la del hombre. Eva también. Pandora introduce los males, que asolan la tierra (Pandora y la caja). A causa del pecado de Eva (la tentación de la serpiente), los seres humanos nos vemos afligidos por la enfermedad, el trabajo, la muerte, la venganza, la envidia y la ira.
Pero queda la esperanza que nunca nos abandona y nos anima a seguir luchando, ya que mientras esté a nuestro lado ningún dolor, ningún mal, debe anularnos para siempre.
En un segundo poema, Los trabajos y los días (vv.55 ss), dice: “Hijo de Jápeto, conocedor de los designios sobre todas las cosas, te alegras de haberme robado el fuego y de haber conseguido engañar mi inteligencia !enorme desgracia para ti mismo y para los hombres futuros! A cambio del fuego, les daré un mal con el que todos se recreen al acariciar con cariño su propia desgracia”.
“Así habló. Rompió a carcajadas el padre de hombres y dioses y ordenó al ilustre Hefesto mezclar inmediatamente tierra con agua, infundirle voz y vida humana y hacer una linda y encantadora figura de doncella, semejante en su rostro a las diosas inmortales. Luego, encargó a Atenea que le enseñara sus labores: a tejer la tela de finos encajes. A Afrodita le mandó verter en torno a su cabeza sus dorados encantos: una irresistible sensualidad y los halagos cautivadores. En fin, a Hermes, el mensajero Argifonte, le encargó que la dotara de una mente cínica y un carácter voluble”…. Pandora, “esa ruina de la humanidad”, se convierte en una “trampa inevitable, mortal para los hombres” ya que de ella procederá “la raza maldita de las mujeres”. Ella abre su “caja” y deja escapar “dolores y males” entre los hombres: “Pues bien, ocurrió que hace tiempo los grupos humanos vivían sobre la tierra libres de males y exentos de duro trabajo y las enfermedades amargas, que acarrean la muerte a los hombres,…. Pero aquella mujer, al levantar con sus manos la tapa de una caja, los dejó diseminarse y procuró a la humanidad calamidades terribles. Sólo allí quedó la esperanza, aprisionada entre infrangibles muros, bajo los bordes de la caja, sin poder volar hacia la puerta. Pues antes, por voluntad de Zeus, portador de la Égida y amontonador de nubes, cayó la tapa de la caja”.
En el Génesis aparece un relato similar sobre la creación de la mujer. Pandora, como Eva, es la primera mujer sobre la tierra; ambas están hechas de barro y a ellas se les atribuye el origen de los males,-tanto los del cuerpo como los del alma-, que nos asolan. Su cuerpo fue moldeado con arcilla, como un objeto de cerámica hermoso pero vacío. Pandora representa en la cosmología arcaica griega una historia conocida en otras tradiciones míticas: la mujer fue creada por la divinidad como un ser humano de segunda clase y su existencia es posterior a la del hombre. Eva también. Pandora introduce los males, que asolan la tierra (Pandora y la caja). A causa del pecado de Eva (la tentación de la serpiente), los seres humanos nos vemos afligidos por la enfermedad, el trabajo, la muerte, la venganza, la envidia y la ira.
Pero queda la esperanza que nunca nos abandona y nos anima a seguir luchando, ya que mientras esté a nuestro lado ningún dolor, ningún mal, debe anularnos para siempre.
John William Waterhouse: Pandora
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