Árboles, cultos y mitos

Para los romanos el roble simbolizaba a Marte y a este árbol se abrazaban los soldados antes de partir a la guerra; el tilo representaba el vigor de Venus; el abedul estaba bajo la protección de Mercurio; el haya se consagró a Júpiter; a la higuera sagrada de Rómulo se rindió culto en el Foro de Roma hasta la época imperial; Plutarco relata que en las faldas de la colina Palatina se encontraba un cornejo considerado como una de las cosas más sagradas de Roma y que cuando un viandante creía que necesitaba riego, daba un grito de alarma y aparecía rápidamente una multitud de personas con cubos de agua para regarlo. Catón dice que cuando en Roma se realizaba una tala para clarear un bosque, se sacrificaba un cerdo y se rezaba a la divinidad de ese bosque pidiendo perdón … y cuentan que los romanos tenían la creencia que los ramajes de ciertos árboles protegían en el más allá los espíritus de los desaparecidos.
El sauce es símbolo de amor no correspondido y desgraciado aunque trae suerte en el parto y las enfermedades. El ciprés representa la inmortalidad, el triunfo de la vida sobre la muerte. El fresno en la mitología germana es el árbol que contiene todas las fuerzas del universo. El tejo se usó como antídoto contra la mordedura de víbora, se le consideraba “un ser” misterioso y griegos y latinos le conocían como el árbol de la muerte -estuvo consagrado a Hecaté diosa de la luna, la tierra y los infiernos-. De avellanos estaban rodeados los hogares-templos de las mujeres sabias. El nogal se relaciona con la profecía y soñar con nueces se asociaba a riqueza venidera. El saúco atrae a las divinidades benéficas, protege los hogares de los malos espíritus y sus ramas se usan para bendecir. El drago es símbolo de fecundidad y sabiduria … y así podríamos seguir y seguir.
Recordando esta frase de Fernando Pessoa:"El verde de los árboles es parte de mi sangre”, disfrutemos de la hermosa paleta de colores que sus hojas nos ofrecen este otoño y del susurro del viento entre sus ramas.
Recordando esta frase de Fernando Pessoa:"El verde de los árboles es parte de mi sangre”, disfrutemos de la hermosa paleta de colores que sus hojas nos ofrecen este otoño y del susurro del viento entre sus ramas.
Signac, Paul: Los cipreses de Cagnes
1 Comments:
Muchas gracias. Creo que esto me animará a escribir algo más sobre este tema.
Un saludo
Publicar un comentario
<< Home