Maltrato infantil
En Europa y Asia central mueren cada año 3.500 menores de 15 años debido a la violencia ejercida contra ellos; la violencia en el hogar se cobra diariamente la vida de cuatro niños con edades inferiores a 14 años. En España aproximadamente 188.000 están expuestos a la violencia en el hogar, especialmente bebés y menores de tres años.
Estos son los escalofriantes datos dados a conocer recientemente por UNICEF. Un informe de esta organización concluye que hay una "conexión clave" entre violencia doméstica y abuso infantil. También advierte del elevado riesgo que existe de que un menor expuesto a la violencia en el hogar sufra un estrés emocional que podría dañar su desarrollo cognitivo, físico y emocional y en algún caso derivar en enfermedades psicosomáticas: depresiones y tendencias suicidas. El tipo de agresiones que suelen sufrir los menores en el hogar son: maltrato por omisión o abandono; agresiones físicas, verbales, psicológicas, humillaciones o amenazas -en muchos casos disfrazadas bajo el argumento de medidas disciplinarias-, y abuso sexual.
Los resultados de diversas investigaciones indican que un porcentaje elevado de progenitores agresores fueron, a su vez, víctimas de malos tratos o abandono en su infancia , por lo que en realidad estarían repitiendo patrones de conducta, que, por otra parte, se suelen dar en todos los grupos socioeconómicos. Su perfil se corresponde con el de una persona que tiene dificultades para controlar los impulsos, presenta baja autoestima y falta de empatía. Expertos señalan que hay factores culturales que propician su aparición incluyendo aquí a aquellos progenitores que no cuentan con orientación y educación acerca del significado de una paternidad responsable y que consideran a sus hijos objetos de su propiedad. Al mismo tiempo se calcula que entre el 20 y el 30 por ciento de los niños maltratados se convierten en maltratadores.
Parece que como medida preventiva primero y de intervención en su caso, la coordinación institucional entre sanidad, servicios sociales, educación, fiscalía y fuerzas de seguridad -con protocolos claros de actuación- se perfila como fundamental en estos casos. Ya veremos.
Fotografía: Esperanza
Los resultados de diversas investigaciones indican que un porcentaje elevado de progenitores agresores fueron, a su vez, víctimas de malos tratos o abandono en su infancia , por lo que en realidad estarían repitiendo patrones de conducta, que, por otra parte, se suelen dar en todos los grupos socioeconómicos. Su perfil se corresponde con el de una persona que tiene dificultades para controlar los impulsos, presenta baja autoestima y falta de empatía. Expertos señalan que hay factores culturales que propician su aparición incluyendo aquí a aquellos progenitores que no cuentan con orientación y educación acerca del significado de una paternidad responsable y que consideran a sus hijos objetos de su propiedad. Al mismo tiempo se calcula que entre el 20 y el 30 por ciento de los niños maltratados se convierten en maltratadores.
Parece que como medida preventiva primero y de intervención en su caso, la coordinación institucional entre sanidad, servicios sociales, educación, fiscalía y fuerzas de seguridad -con protocolos claros de actuación- se perfila como fundamental en estos casos. Ya veremos.
Fotografía: Esperanza
2 Comments:
El "ya veremos" con el que rematas tu post, evidencia mi propia duda de que el entendimiento interdisciplinar sea posible.
Quizá tal coordinación pase por el conocimiento -y reconocimiento- del trabajo de otras disciplinas, además del propio.
De todas formas, la utopía nos muestra el camino, y en ese tránsito confío en que vayamos dejando los vicios, prejuicios y demás escollos que dificultan el trabajo serio y comprometido.
Me gusta leerte.
Las administraciones tienen que crear figuras cercanas al ciudadano y abandonar la idea de que cada una de ellas son pequeños reinos de taifas. No hay que abandonar la utopia, eso si sin olvidar lo que dijo Elie Wiesel:" Ante las atrocidades tenemos que tomar partido. La posición neutral ayuda siempre al opresor, no a la víctima. El silencio estimula al verdugo, nunca al que sufre"
Mil gracias
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