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jueves, junio 21, 2007

El lenguaje del rostro

La Fisiognomía está considerada como el arte de juzgar el temperamento de las personas tomando como referencia los rasgos faciales. Para ello divide el rostro en tres zonas a partir de dos líneas horizontales imaginarias (una por encima de la nariz y otra sobre el labio superior) y se asignan a la zona frontal las cualidades intelectuales, a la zona inferior las instintivas, y la zona nasal nos proporcionaría datos sobre las cualidades afectivas. Su autoría se atribuye a Aristóteles quien, en su Historia de los Animales, afirmaba que “todo rostro humano tiene alguna semejanza con la cara de algún animal lo cual es una expresión inequívoca de su carácter”; en su obra utilizaba comparaciones con los animales del estilo de: un labio superior prominente –semejante al de burros y monos-, indicaría estupidez; unos ojos lánguidos y una nariz ancha indicaban que la persona era flemática y pasiva, por recordar sus rasgos a los de un buey; el cabello fino sería propio de las personas tímidas…. En el Derecho Romano se llegó a establecer que, en caso de duda entre dos acusados, se condenase siempre al más feo.... En el siglo XVIII Johann Caspar Lavater dedicó notables esfuerzos al estudio del rostro y a finales del siglo XIX empezó a utilizarse en Antropología Criminal por Cesare Lombroso quien elaboró una lista con rasgos faciales que, a su juicio, delataban tendencias criminales: mandíbula amplia, frente estrecha, asimetría craneo-facial, rostro masculino en una mujer….. , considerando que los rasgos de un malhechor innato eran: “incisivos de roedor, mentón grande y plano, poca barba, arrugas prematuras y cejas pobladas que se juntaban o se alzaban diabólicas en los extremos”. Más recientemente Louis Corman, creador de la Morfopsicología, estableció una discriminación entre el tipo dilatado, en posesión de rostro amplio, ojos grandes, labios carnosos de sonrisa espontánea, boca grande, sociable, creyente del orden establecido, superficial y el tipo retraído, de rostro hundido y labios estrechos, taciturno, introvertido y poco expresivo.
Sólo son unas breves pinceladas pero, ciencia para unos, carente de rigor y peligrosa para otros. ...¿quien no conoce la expresión “la cara es el espejo del alma” que se repite generación tras generación?.
Magritte, René: Los amantes