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domingo, febrero 26, 2006

Epístola breve

"Para saber de amor, para aprenderle
haber estado solo es necesario
.............................."
Jaime Gil de Biedma

Querido mío, cariño del corazón:
De nuevo unas letras. Deseo que sean para ti la ilusión de recibir otra carta más y, para mi al menos, una especie de desahogo ( como suspiros hondos a través de los cuales liberar las tensiones que me agobian) y una forma de decirte en la distancia que te quiero.

Ya sé que ahora estás con la vida puesta en otras cosas, pero te tengo siempre presente y, pensando en ti, te recuerdo y te amo.
Con todo el cariño en los labios y en el corazón.

"Sin Título"

Man Ray







jueves, febrero 23, 2006

El último día del año

El calendario ideado por Rómulo constaba de 304 días repartidos en 10 meses lunares y comenzaba con la luna nueva del mes Martius: "Cuando el fundador de Roma organizó el calendario decidió que en cada año hubiese dos veces cinco meses. Es evidente, Rómulo, que conocías mejor las armas que los astros, y que tu mayor preocupación era la de vencer a los pueblos vecinos... A Marte pertenecía el primer mes....." Ovidio: Fastos,1,27-44.
A Numa Pompilio se le atribuye el establecimiento de un año de doce meses de duraciones desiguales y un total de 355 días. Para ello añadió los meses de Ianuarius y Februarius al final de los ya existentes, convirtiéndose Febrero en el último mes del año.
Para que la duración del año del calendario - de origen lunar- coincidiera con el año astronómico, cada dos años se intercalaba un decimotercer mes - Mensis Intercalaris- de 22 o 23 días y llamado por Plutarco Mercedenius. Este mes se colocaba después del 23 de Febrero, día que coincidía con las fiestas de Terminalia ( en honor de Término, dios de los límites). Así, a decir de Varrón, esa fecha de 23 de Febrero se convertía ( en los años intercalares) en el último día del año.
En la historia reciente de este país un 23 de Febrero de hace veinticinco años pudo convertirse también en el último día de la entonces recien estrenada democracia. De ello se habla y se hablará especialmente en estas fechas .
Terminalia Kaernbachii

domingo, febrero 19, 2006

Por un ocio activo

Llamaron los romanos ocio el tiempo distinto del neg-ocio, es decir, el tiempo que queda fuera de las actividades propias de la vida profesional y laboral, el tiempo que nos queda “fuera del trabajo” .
Las sociedades contemporáneas - al menos en el mundo occidental al que pertenecemos- se van caracterizando por la reducción de la jornada laboral, de modo que el tiempo disponible para el ocio es cada vez mayor. A menudo, el neg-ocio nos exprime tanto con continuo ajetreo estresante que el desconectar y disfrutar de espacios de ocio no sólo es bueno sino necesario para garantizar una vida sana y equilibrada.
Importa, pues, llenar ese tiempo de ocio. Pero el punto de partida no debe ser ya el ocio, sino la calidad del ocio, o un ocio de calidad contrapuesto al “dolce far niente” . Por ello se trata de llenar ese tiempo no en no hacer nada, sino en apostar por un ocio activo y, es competencia de los poderes públicos y las distintas instituciones ofertar oportunidades para un ocio creativo . Es necesario enseñar y aprender a mirar un cuadro, ver una película, leer un libro, escuchar una melodía, asistir a un concierto o gozar un poema...Debemos ser un público más exigente y no conformarnos únicamente con “panem et circenses”. A una sociedad desarrollada corresponde una sociedad madura en todas sus manifestaciones, también cuando hablamos de ocio.
Sería deseable que no desaprovecháramos las oportunidades que pasan por delante de nuestros ojos. ¿A quién podríamos entonces echar la culpa si no a nuestra propia necedad?
Toute la ville en parle. Le chat noir
Eduardo Arroyo

martes, febrero 14, 2006

14 de Febrero


Hemos fijado en nuestro calendario "el día de los enamorados". Es como poner una fecha para escuchar que alguien nos quiere, para saber que hay unos brazos que nos esperan y que los ojos están al acecho de otros ojos donde mirarse .
Así , institucionalizándolo, y si las expectativas ese día se cumplen, hacemos de ello un momento mágico. ¡Qué importa lo que suceda el resto del año!
¿No será, en realidad una forma de conjurar los miedos, las propias torturas interiores?
Auguste Rodin: El Beso
Fotografía: E.& P. Hesmerg

domingo, febrero 12, 2006

Las verdades absolutas


Constantemente utilizamos expresiones del tipo "esto está bien" o "esto está mal". Hablamos de "lo bueno" o "lo malo", como si estuviesemos "sentando cátedra", como si fueran valores absolutos y no relativos. La realidad suele ser otra, por ejemplo....
Alguien educado en los valores de la Grecia Clásica dirá que la venganza es un bien, que no se puede encontrar descanso hasta que no haya sido lavada la afrenta. Para el griego la venganza era buena y necesaria y el perdón una debilidad. Los cristianos, en cambio, hablan de perdonar las injurias. El griego identificaba la venganza como buena y el perdón como malo. El cristiano al revés.
Educados en un determinado sistema de valores contruimos nuestro universo moral conforme a una ética que consideramos válida. Por ejemplo, para aquél en cuyos esquemas no entra la hipocresía, la doblez, la falta de coherencia... cuando alguna vez se comporta de esa manera se enciende la luz roja, chirria su conciencia y siente remordimiento.Pero no todos tienen el mismo sistema de valores y ante comportamientos similares no sentirán remordimiento. Incluso puede que consideren a los demás como débiles, más fácilmente lesionables, más susceptibles de ser heridos y .........disfruten lográndolo.
En definitiva siempre queda recurrir a lo sencillo y, aunque sea caer en relativismos, ante determinadas situaciones a muchos les resulta más sencillo recurrir a utilizar expresiones del tipo "nada es verdad y nada es mentira..........." o parafraseando a Unamuno . "todo es verdad y todo es mentira.....". Allá cada cual.
Fotografía: Homenaje a Modigliani
Osky Berstein

sábado, febrero 04, 2006

los ........ en flor


Más allá de la locura, la angustia y la ansiedad siempre hay que dejar abierta la puerta a la esperanza y la ilusión. Entonces acabaremos comprobando que, como los almendros en flor, también florecerá para nosotros una nueva primavera.