“Anciano hombre del mar” y "pastor de los rebaños de focas de Poseidón"; así denominaba Homero en "La Odisea" a Proteo, dios marino griego que residía en la isla de Faro y que tenía la facultad de cambiar de apariencia, podía ver a través de las profundidades y era conocedor del presente, el pasado y el porvenir.
En 1979 Cohen y Hayden describieron un raro desorden congénito, que suele manifestarse durante los primeros años de vida y que es progresivo durante la infancia. Entre otros síntomas se manifesta en un crecimiento atípico de varios tejidos, produciendo una desfiguración con tumores óseos y deformaciones cutáneas. A esta enfermedad extremadamente rara – se estima que aparece un caso por más de millón de nacimientos- de la que se desconocen sus causas y que afecta tanto a hombres como mujeres, el pediatra alemán Rudolf Wiedeman le dio, en 1989, el nombre de Proteus o Síndrome de Proteo aludiendo al polimorfo dios griego.
Joseph Carey Merrick, conocido por el "monstruo de la era victoriana", que era exhibido en un circo ambulante, la padeció en el siglo XIX en una de sus manifestaciones más graves. Su vida fue dada a conocer en la espléndida película “ El hombre elefante” dirigida en 1980 por David Lynch y en la que John Hurt da vida al protagonista y Anthony Hopkins al Dr. Frederick Treves. Aunque en un principio se pensó que la enfermedad que causo su horrible deformación era la neurofibromatosis, las teorías más recientes apuntan a que pudo padecer el síndrome de Proteus.
Fotografía: Joseph Carey Merrick
Etiquetas: El hombre elefante, Proteo, Rudolf Wiedeman, Síndrome de Proteo