Premios

“María tiene 12 años, una sonrisa contagiosa, un sentido del humor especial y tiene autismo”. Así presenta Miguel Gallardo a su hija.
Ilustrador habitual en publicaciones de ámbito nacional e internacional, ganador de dos premios del Salón del Cómic, dos SND- Society of Newspaper Desing, un Serra D´OR por el libro ¿Qué le pasa a ese niño?, una guía sobre la discapacidad y un premio de prensa del APIC por sus ilustraciones en La Vanguardia, él y su hija María han sido distinguidos con los premios nacionales de Cultura de la Generalitat en la categoría de cómic, por su obra "María y yo” que recoge bajo la forma de un cuaderno con notas y dibujos unas vacaciones pasadas con su hija.

El jurado ha destacado la obra "por su capacidad de reflejar desde la vivencia familiar el mundo de las personas autistas con ternura, humor y didactismo y con una calidad gráfica y narrativa donde se encuentran sentimientos que conmueven y alientan".
Dice que los momentos que vive con su hija son especiales e intensos y relata como un día le preguntó qué había comido y ella respondió que “Lili le había pegado”. Le preguntó varias veces y el resultado era el mismo “Lili me pegó”. Por fin Miguel Gallardo dijo “Ya verás cuando yo coja a Lilí” y su hija respondió “¡spagueti y pollo!”
Pintura de Filipe, autista

Niños y televisión

Los alumnos de un colegio de primaria de Estrasburgo, de entre 6 y 11 años se sometieron de forma voluntaria y con la colaboración de sus padres, a una experiencia denominada Desafío, 10 días para ver las cosas de otra manera.
La prueba consistía en pasar 10 días sin televisión, ordenador o consola. Cada alumno cumplimentaba diariamente un cuaderno de bitácora y daba cuentas de su comportamiento anotandolo en una especie de carnet por puntos.
La prueba ha sido un éxito, según el director del centro han superado el objetivo consistente en suma más de un 70% de los puntos. Para los padres también ha sido difícil tener el televisor apagado durante 10 días y buscar otras opciones para llenar un tiempo de ocio compartido con los más pequeños, pero todos unos y otros reconocen haber aprendido de la experiencia. Además, de alguna manera las personas del barrio han participado organizando talleres y juegos alternativos. En definitiva se trataba de poner sobre la mesa un problema cada vez más evidente: los niños, y a veces también los mayores, pasan demasiadas horas frente a aparatos electrónicos y han perdido interés por los juegos compartidos. Pero sobre todo, que hay muchos niños y mayores que no saben de que hablar y qué hacer en gran parte del tiempo que comparten .

Cassat, Mary: Children on the shore